sábado, 26 de septiembre de 2009

Marie y la Luna


Hace muchos años atrás, ví una película francesa, de un hombre abandonado por su mujer, su novia Marie. Pasó semanas tratando de ir a ver a Marie, lo único que sabía es que ella fué a vivir a Machu Picchu y su único cometido era tomar un tren para ir a Perú. El, muy torpe no sabia donde quedaba la ruina y solo tenia en mente que tomando el tren lo llevaria a ver a Marie. Vivía en Paris y su ignorancia no sabía de mas allá del océano; se pasó toda la pelicula tratando de averiguar cual tren salía de paris a Machi Picchu y siempre con Marie en su mente, ese era su norte..hallar a Marie.


Después de semanas de averiguaciones un día se despertó en la madrugada, fue al baño, volvió. Se sentó en su cama y sonó el téléfono: él dijo hola, pasó una fracción de segundos y dijo "Marie...!"

Ahí se acabó el film...


Hoy he tenido una grata velada y con buena compañia, una silla donde aposarme, un viento frio y avasallante, unas nubes que desmembraban el cielo y una luna a medio prender. Pense en la película francesa. De cuanto me llevaría caminar -si pudiese- de aquí a la luna. Cuantas ropas debo llevar, cuanta comida, se ve cerca pero parece que es lejos, da lo mismo, es un sueño. Solo debo tratar dentro de mi ignorancia ver como se ha de caminar hasta esa luna. Pensé mucho tiempo en la película francesa, en la torpeza del sujeto pero en la Fe que lo mantenía vivo. Pense que emprender tal empresa como ir a la luna, sonaba tan ridículo como tomar un tren desde Paris a Machi Picchu...


Ahora solo me espero a que suene el teléfono y yo contestar, para que al cabo de un segundo decir: "Luna!..."